Volví la semana pasada de un Londres en el que los preparativos para el Jubileo de la Reina estaban en pleno apogeo, y pude detectar un poco la emoción que se estaba generando para los eventos previstos.

Las partes que he podido ver en la televisión demuestran una vez más lo bien que el Reino Unido coreografía estas ocasiones: el color, la pompa, la fabulosa carroza dorada, la perfecta sincronización de los guardias en la ceremonia del Trooping of the Colour.  Pero lo que más me llamó la atención, y me hizo reflexionar, fue la figura ya diminuta, encorvada y frágil de la Reina a sus 96 años, sonriendo entre su familia en el balcón del Palacio de Buckingham y en el encendido de las balizas del Castillo de Windsor. Verán: es que yo recuerdo a la directora de mi colegio que entró en nuestra clase el 6 de febrero de 1952 para anunciar, con evidente emoción, que el Rey -George VI- había muerto y proclamar ¡viva la Reina!  Y yendo más atrás, también recuerdo oír en mi clase de la escuela primaria su discurso a los 21 años, cuando prometió servir al país durante toda su vida. Que ha cumplido esa promesa está fuera de toda duda. Recuerdo su boda, y su coronación, cuando nos reunimos toda la familia en casa de mi hermano, el orgulloso poseedor del único televisor que teníamos entre todos nosotros para un día entero de pompa y fiesta en torno a una joven belleza.

Pero estos recuerdos me obligaron a darme cuenta de que yo también soy vieja… y el desfile y el concierto me hicieron ver que yo, al igual que otros millones de personas, he conocido tiempo tanto difíciles como apasionantes en los que el mundo entero ha cambiado de forma increíble, incluida Gran Bretaña, pero, quizás en mayor medida, también España. De la guerra a la paz, de la disolución de las colonias a la caída de las dictaduras en Europa, la construcción del Muro de Berlín y su caída, la Unión Europea y el ascenso de las democracias de Europa del Este. Pero también, de la radio a la televisión inteligente con sus múltiples canales, de garabatear cartas con pluma, tinta y papel a enviar WhatsApps por teléfono, ver vídeos de You Tube o visitar Wikipedia gracias al Internet o para algunos al menos, trabajar desde casa con un ordenador portátil.  Incluso la Reina ha podido seguir trabajando a través de la pandemia de Covid con lo que sigue siendo un reto para muchos de nosotros: ¡llamadas por Zoom!  Durante estos últimos 70 años sólo ha habido un Jefe de Estado en el Reino Unido y la Commonwealth, Su Majestad la Reina Isabel II, que ha seguido como ella prometió, y con una diplomacia consumada, a través de años buenos y algunos que, para ella y para otros, han sido horribles. Ahora pido a su representante en Las Palmas, la vicecónsul Jackie Stevenson, que proponga un brindis…